La displasia de cadera es una enfermedad congénita que se produce cuando la cadera del bebé no se desarrolla correctamente. Esta enfermedad puede provocar dolor y limitación en la movilidad de la articulación de la cadera. Si se diagnostica temprano, es posible que los tratamientos médicos logren corregir el problema.
Si la displasia de cadera no se trata a tiempo, el bebé puede sufrir daños permanentes en la articulación de la cadera.
¿Qué es la displasia de cadera?
Lo que Vamos a Ver:
La displasia de cadera es una enfermedad congénita que provoca que la articulación de la cadera del bebé no se desarrolle correctamente. Esto provoca que la cabeza del fémur no se encaje correctamente en la cavidad de la cadera, lo que provoca que los tejidos y huesos alrededor de la articulación se desgasten y se deterioren.
Esta enfermedad puede afectar a bebés de cualquier edad, aunque es más común en bebés recién nacidos y en los primeros meses de vida. La displasia de cadera puede ser de leve a grave, dependiendo de la gravedad del problema.
Síntomas de la displasia de cadera
Los síntomas más comunes de la displasia de cadera son:
- Dolor y molestias en la articulación de la cadera.
- Movimientos limitados de la articulación de la cadera.
- Bulto en la parte superior de la cadera.
- Desalineación de la pierna.
- Desigualdad en la longitud de las piernas.
Causas de la displasia de cadera
Las principales causas de la displasia de cadera en los bebés son:
- Falta de movimiento en el útero.
- Posición incorrecta de la cadera durante el parto.
- Heredar la enfermedad de alguno de los padres.
- Parto prematuro.
Diagnóstico de la displasia de cadera
Es importante que los bebés sean examinados para detectar la displasia de cadera lo antes posible. El diagnóstico temprano es clave para el tratamiento exitoso de la enfermedad. Los médicos suelen realizar un examen físico para detectar la displasia de cadera en los bebés. Además, también pueden usar radiografías para diagnosticar la enfermedad.
Tratamiento de la displasia de cadera
El tratamiento de la displasia de cadera depende de la edad del bebé y de la gravedad de la enfermedad. Los tratamientos más comunes para la displasia de cadera son:
- Fisioterapia: El fisioterapeuta puede trabajar con el bebé para ayudarlo a mejorar la movilidad de la articulación de la cadera.
- Cirugía: En casos graves, los médicos pueden recomendar una cirugía para corregir la displasia de cadera.
- Uso de vendaje: Los médicos también pueden recomendar que el bebé use una faja especial para ayudar a corregir la displasia de cadera.
Prevención de la displasia de cadera
Aunque la displasia de cadera es una enfermedad congénita, hay algunas cosas que los padres pueden hacer para reducir el riesgo de que sus bebés desarrollen la enfermedad. Estas medidas incluyen:
- Realizar los exámenes médicos recomendados para los bebés.
- Asegurarse de que el bebé esté en la posición correcta durante el parto.
- Evitar la exposición a los factores de riesgo conocidos de la enfermedad.
Estadísticas
Según un estudio publicado en 2017, se estima que aproximadamente el 1% de los bebés nacidos en los Estados Unidos tienen displasia de cadera. El estudio también encontró que la incidencia de la enfermedad fue mayor entre los bebés nacidos prematuramente y los bebés nacidos con bajo peso.
Preguntas frecuentes
¿Cómo puedo saber si mi bebé tiene displasia de cadera?
Los médicos suelen realizar un examen físico para detectar la displasia de cadera en los bebés. Además, también pueden usar radiografías para diagnosticar la enfermedad.
¿Qué tratamientos están disponibles para la displasia de cadera?
El tratamiento de la displasia de cadera depende de la edad del bebé y de la gravedad de la enfermedad. Los tratamientos más comunes para la displasia de cadera son: fisioterapia, cirugía y uso de vendaje.
¿Qué puedo hacer para prevenir la displasia de cadera en mi bebé?
Aunque la displasia de cadera es una enfermedad congénita, hay algunas cosas que los padres pueden hacer para reducir el riesgo de que sus bebés desarrollen la enfermedad. Estas medidas incluyen realizar los exámenes médicos recomendados para los bebés, asegurarse de que el bebé esté en la posición correcta durante el parto y evitar la exposición a los factores de riesgo conocidos de la enfermedad.
